En el ataque, ocurrido a las 04:00 horas de ayer en la zona norte de La Araucanía, actuaron cuatro encapuchados, quienes quemaron dos camiones, tres máquinas y las oficinas administrativas de la firma.
No hubo incidentes previos que les hicieran temer un atentado incendiario. Ni amenazas ni reclamos territoriales. Hablan de un sector tranquilo. Por eso, trabajadores y ejecutivos de la empresa de áridos Paso Malo, ubicada en Bajo Chufquén, en la ruta entre Traiguén y Galvarino, en La Araucanía, se declaraban «shockeados» por la pérdida total que dejó en sus instalaciones el ataque que los afectó en la madrugada de ayer.
Preliminarmente y tras recorrer el recinto, y constatar que maquinarias y oficinas se redujeron a escombros, el dueño de la empresa, José Luis Monge, estimó las pérdidas en $600 millones o cerca de un millón de dólares. Advirtió que, de paso, el atentado dejó sin su fuente laboral a más de 20 trabajadores. Y junto con manifestar su desconfianza en eventuales logros de la justicia, expresó que «voy a ver cómo me levanto y cómo cumplo los compromisos».
Cuatro agresores
Todo se desencadenó cuando cuatro encapuchados, según el relato del cuidador, ingresaron armados con escopetas y destruyeron dos camiones -uno tolva y otro para carga de combustible-, dos cargadores frontales, una retroexcavadora e instalaciones administrativas y operativas.
En el lugar se constituyó durante la tarde de ayer el persecutor Luis Torres, de la Fiscalía de Alta Complejidad (Fiac) de La Araucanía, quien especificó que las diligencias quedaron a cargo de la Unidad de Inteligencia de Carabineros y del Laboratorio de Criminalística (Labocar). «Ellos van a realizar todas las pericias para recuperar las evidencias que existan en el lugar», agregó el fiscal Torres.
Aunque el atentado se produjo durante la madrugada de ayer, el representante del Ministerio Público precisó que la denuncia se conoció cinco horas después: «Alrededor de las 9:30 horas (de ayer), Carabineros de Traiguén recepcionó un llamado telefónico dando cuenta del ataque que sufrió la empresa, ubicada en el kilómetro 12 de la ruta que une Traiguén con Galvarino».
Según su relato, «en horas de la noche, alrededor de las cuatro de la madrugada, cuatro sujetos encapuchados, portando armas, atacaron este campamento». Torres indicó que para lograr su propósito, «redujeron a un cuidador y huyeron en dirección desconocida».
Torres agregó que, al retirarse, los atacantes «dejaron un panfleto con reivindicaciones de tipo territorial». En ese volante, la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) se adjudica el ataque. En parte de su texto el escrito señala: «Fuera las forestales, las expresiones latifundistas, las mineras, hidroeléctricas y toda inversión capitalista del walmapu».
Uno de los empleados administrativos de la planta de áridos, Carlos Oliva, recalcó que «este es el primer atentado que sufrimos y esperamos que sea el último». Comentó que «es casi pérdida total, con excepción de la planta chancadora, que no pudieron quemar porque tiene mucho fierro». Recordó que operan allí desde 2006 y que «jamás habíamos recibido una amenaza; nada. Tenemos vecinos tranquilos». Contó que al conocerse la alerta los trabajadores llegaron al lugar, «pero ya no había nada que hacer, estaba todo quemado».
Cuidador estaba solo Detalla que «al cuidador lo amenazaron y lo obligaron a retirarse de la planta antes de empezar a quemar», y puntualizó que el nochero «estaba solo y sin armas, porque esa es la instrucción que él tiene, según nuestra normativa como empresa».
Oliva repasa las pérdidas y sintetiza su desazón en una frase: «Todo desapareció». Junto con la maquinaria, se quemaron «el sector donde estaba la sala de control de la planta, las oficinas, los baños, los comedores».
Ciro Vidal, jefe de la planta de áridos, recalcó que «este es un atentado más de los que vienen sucediendo en esta zona y que ya no asombran a nadie (…). Lo que más lamentamos es que este hecho ha puesto en riesgo la fuente laboral de muchas familias, pero tenemos un buen equipo y nos vamos a levantar igual».
Atentado de carácter «ideológico» Como un «acto terrorista» de carácter «ideológico» fue calificado por dirigentes gremiales de La Araucanía el ataque que ayer sufrió la empresa de áridos Paso Malo de Traiguén.
Emilio Taladriz, consejero nacional de la Cámara Chilena de la Construcción y representante de los gremios en el Consejo Asesor Presidencial para La Araucanía, indicó que «esto se encuentra dentro de los atentados ideológicos, que no necesitan reivindicación para actuar». Advirtió que «su objetivo es expulsar a personas emprendedoras desde ciertos sectores de La Araucanía».
La Asociación de Agricultores de Victoria Malleco, encabezada por Gloria Naveillán, se reunió ayer con el dueño de la empresa, José Luis Monge, para «brindarle apoyo y acompañamiento» y recomendarle «hacer uso de su derecho a defensa» frente al ataque, «dar a conocer lo sucedido» y «exigir a las autoridades policiales y políticas que realicen las investigaciones que corresponden».