Debo reconocer que leo y hablo mucho pero que escribo poco, me decidí a hacerlo a propósito del comentado “Aumento de dieta de los concejales”.
Veo en las noticias comentarios y opiniones y me asombra el nivel de rechazo que nuestro trabajo genera, pero ¿saben?, en parte lo comprendo.
Entiendo el rechazo inicial e inmediato que la senda política pudiese generarles, lo entiendo, porque yo lo vivencié pasivamente durante años, hasta que decidí generar un cambio desde el interior, postulándome a un cargo público. Los jóvenes como yo prefieren estar alejados de la política, básicamente porque prefieren mantenerse al margen de la institucionalidad que los excluye, en espacios creados por ellos mismos, en la esfera privada. El estado se pierde muchos profesionales exitosos por las malas prácticas que emplea, los nulos incentivos y por la alicaída imagen que sus servicios dan. Es común ver que un cargo público es ocupado por quien le reparte más propaganda política al candidato electo y no quien reúne todos los méritos para hacerlo. Eso es desprestigio puro, a la profesión, al área, a la política, y no proviene desde agentes externos, sino desde dentro, como consecuencia del ejercicio de sus propios miembros.
Así las cosas no es de asombrarse que por esto y otros motivos, a saber, el desconocimiento que existe con la labor y función del político en general, la nula información respecto de las agendas de las autoridades locales y de las actividades que los representantes realizan para cumplirlas, la denotación de jerarquías abusivas de partidos políticos, dirigentes apernados que han hecho bajo el lema del servicio público una carrera independentista y lucrativa y la nula participación ciudadana en instancias democráticas, se ha llegado a un ambiente de nula representación, lo que es paradójico al haber un exceso de representantes. Y sobra decir que la materialización más próxima de estos representantes y de este esquema político, es el Concejo Municipal.
Frente a las problemáticas espetadas, está de más decir, asumo parte de la responsabilidad que me cabe.
Ante esta imagen colectiva, es difícil plantarse públicamente a defender la profesión y más aún a defender el por qué de las medidas que tienen a beneficiarla. Ud. podrá sentir que nada de lo que le diga resulta suficiente, o puede lograr entender la lógica de las medidas dispuestas. Y entonces, aunque tan sólo sean una pocas las que se interesen por esta segunda opción este comunicado habrá valido la pena.
Volviendo al bullado tema del aumento de dieta, les comento que esta discusión no es nueva y se venía trabajando durante muchos años por la agrupación que reúne a todos los concejales de Chile (Capítulo nacional de concejales), estos ya planteaban las precarias condiciones con que realizaban su actividad, entre ellos la ausencia de un estatuto que los rija, de contratos, de seguridad social, etc.
En lo personal, al ingresar a este “mundo” recién en 2012, mi postura era de rechazo total a la clase política que hacía de la concejalía su actividad principal, hoy, después de meses de asumido en el cargo me doy cuenta lo equivocado que estaba, es más, ahora estimo que la persona que se dedica de forma exclusiva a esto es un mejor Concejal, sin ir mas lejos, esta ley es el principio de la profesionalización de este trabajo y por consecuencia, que esta sea de dedicación exclusiva.
En cuanto al tema del aumento de dieta, es menester que esta sea analizado en conjunto con las demás modificaciones de las que fue objeto la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, y no realizar análisis e interpretaciones independientes de extractos de una reforma que se ha planteado integralmente, pues de hacerlo así se pierde el foco y razón de fondo de esta. A modo de ejemplo, otra modificación de la presente ley, sólo autoriza un máximo de 8 horas a la semana al concejal que cuente con otro empleo para ausentarse de su trabajo con el objeto de asistir a las sesiones de concejo y comisiones, DESCONTÁNDOLE posteriormente su empleador el proporcional de su sueldo por tal ausencia, (antes del primero de Abril de 2014 no procedía el descuento).
Esta ley también hace responsables civilmente a los concejales que votaren una materia que arrojare un déficit presupuestario, es decir, si a la municipalidad le faltan recursos y esa falta proviene de la implementación de ciertas medidas, se le endosa la responsabilidad a los concejales que hubiesen votado a favor de esa medida. En consecuencia, surge para estos la obligación de responder con su patrimonio personal por tal déficit.
Concluyendo, el fin de estas palabras no es hacer una apología al concejo comunal de Traiguén, ni generar sentimientos lastimeros de tan abnegada labor, pero sí dejar en claro que junto a nuestros colegas, somos un concejo municipal que antepone siempre el interés comunal antes que el personal.
En efecto, somos de los concejos que en menos gastos incurre por concepto de “seminarios” y “viajes”, lo que no significa tampoco la renuncia a participar de instancias que pudiesen aportar a un mejor desempeño de nuestro trabajo, por lo que acordamos la presencia siempre de un representante, y por cierto, somos el concejo municipal que no cobra viáticos cuando representamos a la municipalidad en la región en las asambleas de la Amra, Asociación Nahuelbuta u otra actividad oficial.
Es importante recordarles que nuestra dieta está fijada por ley y no por mera voluntad personal, si bien es cierto no tenemos obligación legal de rendirla, no aporta el generar caricaturas obsoletas de que un mejor concejal es aquel que saca plata de su bolsillo para cubrir sus gastos, ni mucho menos el que cubre los gastos de sus electores. Cada uno verá los medios para cumplir de mejor manera las funciones que lo obliga la ley, normar, resolver y fiscalizar.
Los invito a que dejemos de pensar que esta es la profesión más deleznable que pueda existir, el ser representante no es fácil, sólo pedimos que nuestro trabajo sea juzgado por lo que realizamos y no por lo que damos, si optamos por lo último, estamos validando el asistencialismo que establece un sistema de clientelismo ( donde el votante es cliente del político y viceversa ) y que claramente escapa a las funciones inherentes del cargo, por lo demás insisto en no relativizar la evaluación al dinero, un concejo con más medios (no sólo económicos) puede ser más eficiente y eficaz a la hora de fiscalizar y puede llegar a los sectores rurales de difícil acceso.
Los invito a mantener un canal de información permanente y no sólo sumarse al debate cuando existen temas áridos, una crítica desde la ignorancia jamás suma, es importante su opinión y participación constante.
Essio Guidotti Vallejos.
Concejal 2014-2018