(Se sugiere que el presente tema se tome como una introducción y que en su contenido invite a indagar e investigar para construir un conocimiento mejor)
“El conocimiento te hará libre y eterno”
No recuerdo en qué tuve la oportunidad de leer un artículo sobre la objeción de conciencia y que tiene relación a una oposición a un aspecto legal, que se debe cumplir, pero que en conciencia no se está de acuerdo.
Recurriendo a diccionarios y resumido es la negativa de acatar órdenes o leyes o a realizar actos o servicios invocando motivos éticos o religiosos. Así, entonces y desde una visión ética racional, que considera que el individuo debe responder en primer lugar al tribunal de la propia conciencia, la objeción de conciencia se define como un derecho subjetivo a resistir los mandatos de la autoridad cuando contradicen los propios principios morales.
Y vaya que es importante este punto, cuando hoy y especialmente en nuestra querida región de la “Araucanía”, nos encontramos con una diversidad de situaciones que se contraponen unas con otras y en donde cada entidad social propone un orden que la otra no acepta.
Entonces, estimo, establecer primero lo que debe primar en esta disyuntiva. Hablo de comprender y entender primero lo que es libertad de conciencia.
Pues bien la libertad de conciencia se debe producir en un proceso en el que participa también la libertad intelectual, libertad de pensamiento, libertad ideológica o libertad de creencia y que en resumen es la capacidad de cada uno, en su conciencia, de adoptar, mantener y cambiar cualquier pensamiento, opinión, ideología o creencia; y, en su caso, manifestarlos, lo que pasaría a ser objeto de la libertad de expresión, y en su ámbito, sea de cátedra, científica, artística o libertad de creación.
Esto se considera uno de los principales derechos y libertades, de los considerados derechos civiles y políticos o derechos humanos de primera generación, siendo históricamente primero a la libertad religiosa o de culto, y a la libertad de opinión o de prensa.
Establecido esto, de libertad de conciencia, procede reunir capacidades que apunten a lograr resultados que socialmente acepten primero entendimientos en un marco de ocupar lo mejor de cada postura y en ese nuevo fundamento establecer acuerdos.
Cualquier intento de privar la libertad de conciencia, es sencillamente vivir en una instancia obcecada de egoísmo, ignorancia y ambición, asesinando a la tolerancia y al interés de apoyar la unidad de grupos sociales que viven y conviven en la diversidad.
No se trata de tener razón amenazando con el garrote en la mano, todo lo contrario, se debe tener una razón en que existen acuerdos respetuosos de la libertad de conciencia y en lo político en una democracia en donde, existiendo participación organizada se resuelvan todos aquellos casos que aparecen como aristas en el trabajo de mejorar y desarrollar una mejor vida humana.
El avance de la humanidad moderna, requiere de estos entendimientos para lograr ir en pos de nuevas circunstancias de apoyos unos con otros ante las dificultades que nos está poniendo la naturaleza, por una parte, la ciencia y la tecnología, robótica y automatización, por otro.
Es un retroceso, hoy día, defender, por ejemplo, nacionalismos cuando el mundo está en plena comunicación virtual unos con otros sin importar en qué parte del mundo esté sentado.
Debemos decir ya que no existen las naciones, solo están en el folclore popular.
Hoy nos necesitamos todos de cualquier lugar. ¿Acaso la pandemia no nos lo está diciendo…?
Muchas gracias.
Por Alberto Cifuentes