En Chile, estamos a pocos días de conmemorar una gesta naval que en su momento fue el impulso para el enganche de muchos hombres de pala y picota que en este sur y especialmente de la Araucanía se dirigiesen a en principio vengar y así también, defender la patria.
En ese mismo marco, todo el ejército que estaba aquí en la Araucanía, cambiase su labor de apoyo a la colonización y a la instalación en reducciones al pueblo de los mapuches, para viajar al norte.
¿A 144 años de ese valioso gesto de un hombre que, en una frágil fragata intentó detener a la poderosa escuadra enemigo (de aquel entonces) y que dio su vida por un sentimiento patrio, dejando a su familia en el dolor mas profundo, podemos decir que ese sentimiento hoy es parte de nosotros?
Y lo expreso, teniendo en consideración la información que, en aquel entonces el juego patriótico sostenía intereses salitreros de la Compañía Salitrera y Ferrocarriles de Antofagasta (Nitrates and Railway Company of Antofagasta) una sociedad anónima, con domicilio societario en el puerto de Valparaíso.
Sus accionistas fundadores eran la británica Gibbs & Cia y los chilenos Agustín Edwards Ossandón y Francisco Puelma. Hacia 1878 su gerente era el británico George Hicks.
Tenía un capital nominal de $ 2 500 000, dividido en 2500 acciones de $ 1000 pesos. Su principal accionista era el chileno Agustín Edwards con el 42,16% del capital accionario (1054 acciones), mientras que la Casa Gibbs solo poseía el 29% de las acciones.
La causa principal de la Guerra del Pacífico fue el impuesto de los 10 centavos un arancel aprobado por la entonces Asamblea Nacional de Bolivia el 14 de febrero de 1878 que se pretendió imponer a la empresa chilena Compañía de Salitres y Ferrocarriles de Antofagasta (CSFA), como se dice por un monto de 10 centavos por cada 100 kg de salitre exportado.
La CSFA rehusó el pago porque tanto el Tratado de límites entre Bolivia y Chile de 1874 como la licencia de explotación otorgada por el gobierno boliviano el 27 de noviembre de 1873 le aseguraban la excepción de impuestos de exportación para la explotación del mineral.
La compañía solicitó la representación del gobierno chileno y a pedido de este el gobierno boliviano suspendió el cobro del impuesto mientras ambos gobiernos buscaron, infructuosamente, una solución al problema. En diciembre de 1878 el gobierno de Bolivia decidió cobrar el impuesto.
En febrero de 1879, el gobierno del presidente boliviano Hilarión Daza rescindió las licencias otorgadas a la CSFA, embargó sus bienes y ordenó su remate público para el 14 de febrero de 1879. En la mañana de ese día fuerzas chilenas impidieron el remate con la ocupación chilena de Antofagasta.
El impuesto es considerado casi unánimemente como una flagrante violación al tratado de 1874.
Si bien el impuesto desencadenó los acontecimientos que llevaron a la Guerra del Pacífico, no fue su causa principal ni menos única, pues hubo otros anteriores.
¿Dado todo lo anterior y a la luz de esos hechos financieros y comerciales que desencadenaron la guerra del pacífico y en la cual el primer héroe fue Arturo Prat Chacón, hoy existiría el mismo y emotivo deseo de defender la patria en una similar situación de comercio y finanzas de empresas y especialmente extranjeras?
El domingo 21 de mayo habrá homenaje al Día de las Glorias Navales que se justifican por el valor de chilenos que a veces ignorantes del verdadero sentido de defender a Chile, dieron su vida.
Es parte de la historia, como en Angol se reunió la tropa del ejército de Chile, que estaba aquí en la Araucanía, en proceso de pacificación, instalación de colonos y a su vez, conduciendo a los mapuches a sus reducciones, subirse a los carros y coches del ferrocarril que recientemente había llegado a esa ciudad (1876) y de allí iniciar el viaje hasta el norte en donde muchos soldados darían la vida por la Patria, por Chile.
Por Alberto Cifuentes Avello – Profesor