Tema: «Esperanza Con Fundamentos» por Alberto Cifuentes

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En el presente tema, que surgió de una excelente conversación con un estimado amigo de Temuco, me voy a referir a la común forma de expresarnos muchas veces, utilizando el concepto de esperanza cuando pasamos por momentos de incertidumbre y lo hacemos con mucha liviandad dejando en manos de un ser superior el problema y que en esas mismas veces es de propia solución.

Pues bien, si lo analizamos y con toda la seriedad que se merece, tiene enormes implicancias que van más allá de la esperanza como tal.

Entendemos a este concepto como un estado de ánimo optimista en el cual aquello que deseamos o aspiramos nos parece posible. En este sentido, la esperanza supone tener expectativas positivas relacionadas con aquello que es favorable y que se corresponde con nuestros deseos.

A veces se une con la fe y la caridad.

Pues bien, si nos remontamos a períodos históricos en el desarrollo de la humanidad, hay uno que, si justificó utilizar este concepto y que se generó por asuntos de movimientos de economía, bélicos, climatológicos y clericales.

Fue en la Alta Edad Media, habiéndose iniciado en el año 476, con la desintegración del Imperio Romano de Occidente y en donde empieza con la falta de alimentos para el pueblo de Roma. Tal es así que la nobleza romana se transforma en una población pobre y, en tanto, los pobres en miserables.

Se agrega a lo anterior que, en el año 535 por erupción de un volcán en Islandia, las cenizas pasan por los Alpes y produce una obstrucción del Sol por 18 meses, implicando que la Europa occidental no pudiese producir alimentos por no tener cultivos que diesen cosechas.

Significó una miseria que incluyó pésima vestimenta, bajas de las defensas y con ello el ingreso de diversas enfermedades, incluso peste, esta última iniciada en el puerto de Pelusium (norte y este del río Nilo) que vía transportes marítimos se expandió también por toda Europa.

Esto también alcanzó las estepas de los pueblos nómades semi asiáticos que iniciaron una invasión europea buscando el sustento principalmente.

En China, los escritos de ese período hacen ver que poblaciones del sector norte de su territorio se dedicaron al canibalismo.

Este fenómeno natural, produjo, también, cambios en la corriente del niño. Así en América la cultura moche, producto de las sequias inició una decadencia que permitió la pérdida de poder de la elite. Similar situación ocurrió con Teotihuacán (la mayor ciudad azteca) y con ellos otras civilizaciones cercanas. A esto se agrega otras erupciones, en 541 y 547, lo que aumentaron las crisis.

Por su parte, el mundo musulmán, en el norte de su territorio, recibió lluvias que permitió el cambio de la tierra, produciendo pasto y por lo tanto, aumentó la crianza, entre otros de camélidos y con ello, a su vez, el desarrollo del mundo musulmán, iniciando invasiones en el mundo europeo.

Resumiendo, la miseria humana estaba en toda su expresión y aquí vamos al punto, viviendo cada familia de ese entonces tan mal, sencillamente estaban en plena desesperanza y que es paso previo para ir a la esperanza.

Como se entiende la desesperanza, pues como una emoción a través de la cual una persona siente que las alternativas para una situación en particular se han agotado, quedando en un estado de indefensión ante ello. De igual forma, la desesperanza puede hablar de la sensación de tener pocas opciones en su futuro y sentir que se pierde el control de la propia vida y sus expectativas.

Como sabrán mis respetados lectores, la esperanza se utilizó por el mundo clerical (en sus inicios como Iglesia Católica, después del Concilio de Nicea, el 325), que prometió, vía la esperanza un mundo mejor en otra parte. Y dada la situación de desesperanza en que esas familias vivían, la aceptaron porque la vieron como la última y única alternativa de salir de esta tan difícil y penosa instancia de vida.

Esto se unión con la fe y junto con ello con la caridad, en la idea de volver a ser humanos, renovados y nuevamente productivos.

Volviendo al día de hoy, es cierto que se vive en incertidumbres, tanto sociales, políticas, económicas pero que dado el conocimiento que se tiene y apoyada por la IA podemos decir que el uso de la esperanza es leve, porque no estamos en la desesperanza, solo en la incertidumbre que contiene alternativas.

Mundialmente existen poblaciones que, si están viviendo en la miseria y producen emigraciones buscando salir de esos estados de pobresa, entendiendo que existen organismos que en verdad y realmente están ocupados de ellos (no preocupados). En la misma situación existen familias locales que pasan por instantes de debilidad en el ámbito de la incertidumbre, corregibles en corto tiempo.

Dado todo lo anterior, invito a que tengamos precaución en ser continuos utilizadores del vocablo “esperanza”, porque y gracias a diversas circunstancias no nos es parte de todos nosotros. No vivamos la desesperanza y tampoco nos quedemos, trabajemos en la prevención, justamente para evitarla y pasar a la esperanza.

Por : Alberto Cifuentes Avello – Profesor

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