[Tema] HOMENAJE A LA PATRIA: por Alberto Cifuentes Avello

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Por Alberto Cifuentes Avello

Profesor

Estamos entrando al mes en donde tendremos constantemente música chilena, encuentros de grupos folclóricos, concursos de cueca, actos y desfile. Es el mes de la Patria y que está referido a recordar el gesto de la primera junta nacional de gobierno y de lo que ya están transcurriendo 214 años.

Teniendo en cuenta lo recién expresado y con la mirada de hoy, en donde como chilenos, tenemos mayor información y conocimientos históricos, que nos hace aterrizar, con razonamiento el porqué de ese gesto en cuanto evaluación de los logros en economía, comercio, cultura, tradición y horizontes, podemos, también, colegir que el sentimiento patrio se desarrolla especialmente en lo emotivo de sentirse chileno.

Así, en lo práctico, Chile, dado el tiempo transcurrido desde esa fecha clave, tiene cosas de las cuales debemos sentirnos felices y, por ende, celebrar.

Entre otros y en la política, el tener acceso libre a postularse como candidato, en forma personal o a través de un determinado partido político, a elegir a nuestros gobernantes, sean locales, regionales o nacionales, con datos abiertos a todos los electores o chilenos en general y a la comunidad internacional. Y, aún más, reconocer a quienes legítimamente han logrado las mayorías. Es la población chilena la responsable de tener buenos gobernantes.

Otro es el haber recuperado la democracia, desde el 11 de marzo de 1990, cuando Patricio Aylwin Azocar recibe la Banda Presidencial, hace ya 34 años, después de años de divisiones y violencia entre propios chilenos con una nueva oportunidad de hacer de Chile un país siempre en vías de contínuo progreso político, económico, social, cultural y deportivo siempre basados en la ley construida en democracia.

Así, también, está en el horizonte la idea siempre de progreso, independiente del color político gobernante, lo que nos hace ver a los chilenos en una capacidad individual y social de avanzar en las propuestas que fortalecen la vida y con el entusiasmo de seguir buscando el crecimiento como familia y como sociedad, que las generaciones que nos siguen tengan una mejor calidad de vida que la que actualmente nosotros tenemos.

Lo anterior, se evidencia, cuando vemos, por ejemplo, como ha crecido la participación de jóvenes estudiando en las universidades, muchos con beneficios del estado; mayor confort en las cosas materiales (enseres de hogar, oficinas, industria), de movilización personal, viajes al extranjero; participación deportiva y cultural. La tecnología artificial cada día es más abundante, ya de uso personal, de hogar, profesional y lo que no es menor, red de vías camineras asfaltadas en constante avance.

Tenemos problemas, como corresponde a una sociedad que, moviéndose en un marco de libertad, democracia y justicia, busca ser mejor.

Y dentro de esos problemas, mencionemos a aquellos que buscan el acceso rápido a un mejor estándar de vida, vía el camino de lo ilícito (entiéndase ilegalidad) y que, gracias a la eficiencia de las herramientas del aparato judicial, hacen que sean descubiertos y se intente aplicarles la ley que sanciona.

También, no todo es perfecto, existen debilidades, como son los déficits en el ámbito de la salud, educación y de la tercera edad.

Para evitar y hacer desaparecer estas debilidades y en favor de hacer crecer el verdadero sentido de patria, es necesario el interés y la voluntad de cada chileno y persona que ha estimado hacer de este país su patria, ofrecer su capacidad de valores que conllevan a hacer un desarrollo en todo a base de la aplicación de principios y valores que se establecen en la razón como es la libertad de pensamiento y la igualdad ante la ley democráticamente establecida.

En lo emotivo, la práctica constante y poderosa de la fraternidad y la solidaridad en la familia, en el ámbito profesional, en la acción social.

Se ha adquirido un estilo y una forma de vida apoyado históricamente con la naturaleza y la geografía en que estamos asentados; con lo que nos han proporcionado las comunidades ancestrales, llegadas primero y con inmigrantes venidos constantemente de otros lares que nos van moldeando y creando un sentimiento de amor por esta tierra con carácter y sentimientos distintos a la de otros habitantes de países vecinos y de otros continentes.

No es menor, agregar a los propios criollos que han salido de Chile hacia países con costumbres y culturas distintas y al volver traen las ideas de hacer de la comunidad chilena mejor en principios y valores, por un lado, en especial en el pensamiento y valores del mudo del laicismo.

Pero en este pensamiento reflexivo sobre sentimiento patrio, no podemos ocultar hoy lo que es de conocimiento general y la reflexión que nos debemos hacer es más que de estupor es de alarma al observar que es posible que existan “chilensis” en donde por codicia y egoísmos hacen movimientos inmensamente ilícitos para subir, mantenerse y estar en el poder, sea este en la política, en la justicia, las fuerzas armadas, del orden y la defensa, haciendo caso omiso del estado de derecho y de democracia.

La corrupción y el robo, que es de conocimiento en la opinión pública a través de los medios de información, de quienes ostentan delicados cargos nacionales nos hacen a todos los chilenos debilitarnos en nuestros propios quehaceres, pues no hay referentes válidos a quien tener en un marco de ideales de bien. Se pierde la confianza y la credibilidad, aparece en mayor grado la desconfianza.

Esto es de una mayor profundidad, pues y teniendo presente lo que hoy ocurre a nivel nacional y también recogiendo de la historia las causas fácticas de los por qué ocurrieron las gestas de la independencia de Chile, de la Guerra del Pacífico, como también en la “Intervención en la Araucanía” y en donde se derramó tanta y tanta sangre chilena, ¿con qué voluntad patriótica se podría tomar un arma para defender a Chile ….?

¿Qué Chile? ¿El de los corruptos…? ¿El de los intereses foráneos…? ¿O el de los intereses egoístas, evasores del aporte, de algunas empresas y poderes económicos de Chile?

En el mundo en donde vivimos y convivimos se pierde este sentimiento patrio de defensa, por que en verdad… ¿Qué es lo que defenderíamos…?

Aquí es entonces en donde debe actuar la sociedad organizada laica y religiosa. Primero en gestiones que mantengan la paz a como dé lugar con quienes podrían ser nuestros enemigos en el mundo profano; afianzar la democracia y la justicia en nuestro país; cultivar todo aquello que fortalece la familia, la sociedad no contaminada. Apoyar la educación formal ordenada, reiterando aquellas asignaturas cívicas que crean valores, responsabilidades, eficiencia, criterios bien formados. Recuperar la confianza y la credibilidad. Hacer desaparecer la desconfianza.

La institucionalidad y la sociedad laica y religiosa en general y específica, tiene la gran tarea de ser siempre orientadores y gestores del bien común, del espíritu cívico sano, del actuar con claridad en todo donde somos parte, favoreciendo a todo Chile con su participación ciudadana.

Bueno y en el plano romántico, emotivo y de ideales, seguir fortaleciendo ese sentimiento patrio que contiene el encuentro con quienes son parte de nuestro entorno de familia y amistades compartiendo la alegría de ser chileno con una empanada en la mano izquierda y la copa de vino tinto en la mano derecha. Esa empanada que se hace con cariño, con afecto con emotivo sentimiento patrio, con ese vino que representa la sangre chilena.

¿Por qué la empanada en la mano izquierda? Podría ser simbólicamente en representación de la mujer modesta que en una pequeña tarima amasa y construye cada una de ellas sabiendo que serán muy bien recibidas por sus familiares.

La copa de vino en la mano derecha, también, por ser realizado por aquel hombre que con propia iniciativa y capacidad construye una empresa vitivinícola y en base a ella ofrece su producto a todos los chilenos.

Dado todo lo expuesto, cuando en los diversos instantes de conmemoración de los actos históricos se ice el emblema nacional, se entone nuestro himno patrio y veamos las vestimentas de huasos, vestidos folclóricos por niños y niñas, nuestras casas embanderadas, hagamos un voto de seguir fortaleciendo a nuestra tierra chilena, en paz y desarrollo con las otras que nos contienen en este planeta, así también en el crecimiento democrático y de la justicia chilena.

En el plano hogareño, cuando con sencillez y modestia, quizás en silencio, al instalar la bandera chilena en el portal del hogar, hacerlo con el propósito de ser un eslabón chileno que busca servir al Chile querido con honradez, altruismo, solidario.

Así, también, festejar con entusiasmo todo aquello que en verdad nos hace sentirnos de aquí y hacerlo aquí en Chile… No veo una celebración de las fiestas patrias en “Punta Cana” o Rio de Janeiro o similares lugares turísticos extranjeros, fuera de Chile.

La veo aquí, en nuestra tierra, en nuestra comunidad, junto a todos los chilenos que aman a la patria chilena, en Chile.

Finalmente, hagamos votos en favor de hacer desaparecer todo aquello que nos aleja del sentimiento patrio verdadero y aunemos nuestras fuerzas para hacer días mejores como chilenos, haciendo carne las estrofas del coro de nuestro himno nacional:

Dulce patria, recibe los votos,

con que Chile en tus aras juró.

Que o la tumba serás de los libres,

o el asilo contra la opresión,

Aquellos humildes y sencillos hombres y mujeres, nuestros hijos e hijas, nuestros nietos y nietas merecen tener a un sentimiento patrio fuerte, no contaminado y ser felices de vivir en nuestra tierra, en Chile.

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