Ya es una enorme realidad que se vive en una sociedad inmensamente útil no para ella misma sino para otros y lo débil de esta sociedad es que no es consciente de lo que en verdad está haciendo ni realizando.
Vive para logros de otros y quienes son esos otros, pues bien, empecemos por lo más visto y que en verdad nadie quiere ver.
Se observa esto en los fines de semana cuando una masa de profesionales, especialmente jóvenes, familias jóvenes concurren a los estadios a alentar a sus equipos favoritos y para mejor apoyarles visten la camiseta que se supone que es la bandera del equipo. Salvo que hay un pequeño detalle, no es la camiseta del equipo favorito, es la de la empresa que vende un producto que, entre otros, puede ser una bebida, una cerveza. Entonces este hincha que puede ser un hombre o una mujer, un hijo o una hija llevan la camiseta de “ese otro”, siendo sólo un ente apoyante, gratis, a un producto comercial y esa camiseta no se la da esta empresa, debe comprarla para hacerle propaganda. Me recuerda a ese personaje que en épocas pasadas se paseaba por el comercio exhibiendo la propaganda de una determinada casa comercial, agregando un megáfono para apoyar con su voz la mercancía que se ofrece. En ese entonces era uno sólo, ahora son miles.
Veamos la moda. En dos ámbitos. Tenemos ahora que existe en masa la idea de tatuarse, algunos creyendo pertenecer a extrañas tribus ancestrales, otros a entes futuristas que agregan pirces en orejas, labios y/o nariz, por supuesto pagándole al “otro” que vende la pomada, el que hace los tatuajes o el que vende los aros. Para esto se prestan destacados deportistas o cantantes, que saben tener seguidores.
Bueno y los otros, en los varones, que se tiñen el pelo de cualquier color o se lo peinan en diversidad de estilos, por supuesto pagando a “expertos estilistas”. Se podría creer y estimar que así rendirán mejor en el deporte en que hacen sus ingresos.
Dado todo lo anterior: ¿Qué es lo que realmente está ocurriendo? Sencillamente la incapacidad de ser realmente lo que la naturaleza nos ha ofrecido y llevar con dignidad esta gracia “divina”. Es necesario mejorarla y por ende el mercado comercial nos ofrece la forma de ser mejores. Funcionamiento del hedonismo.
En estos días, podemos decir, que la principal causa, es como humanidad no tener de verdad lideres humanos capaces de guiarnos en un camino que conduzca a ser personalmente y en sociedad en general personas reales, sin máscaras, sin ser modelos y escaparates ambulantes.
Hacia donde se mire, tenemos líderes también de modelos comerciales, falsos profetas, falsos en todo. Sólo capaces de esquivar la ley, vivir en la seguridad proporcionada por el estado, estar siempre en la parte que inicia la mesa pulcra, llena de flores y platos especiales.
En recientes días entregué un tema de la nueva juventud y en ella espero se den cuenta de cómo usamos al mundo hoy y que sean capaces de evolucionar y borrarnos a todos nosotros, los de esta sociedad enferma, incapaz, imitadora, hedonista.
Por Alberto Cifuentes Avello
Profesor