
Por Alberto Cifuentes Avello
Profesor
Gracias a mi querido hijo Marcos, en recientes días estuve tocando uno de los pilares del puente ferroviario de Collipulli, el que fue inaugurado por el Presidente José M. Balmaceda. Ver cada perno instalado de miles, la forma de su composición de vigas de acero, en verdad es muy extraordinario.
Este viaducto fue proyectado por el ingeniero Víctor Aurelio Lastarria. Tiene un largo total de 407.50 metros; la altura de los rieles sobre el nivel del mar es de 238.30 metros y la altura de los rieles sobre el fondo de la quebrada es de 97.60 metros. El costo total de la obra ascendió a $ 1.050,000.-
Toda la parte metálica es de acero y la mampostería de piedra con mezcla de cemento Portland.
La construcción de esta obra duro unos tres años y fué entregada al tráfico ferroviario con gran ceremonia el 26 de octubre de 1890
Como dato anecdótico se registran lo que debemos considerar hazañas. Así la necesidad de tener una máquina ferroviaria al lado sur en donde ya estaban extendiendo los rieles para utilizarla en las diferentes labores de transporte especialmente de maderas (durmientes). Pues bien, hubo que bajarla desde el lado norte a punta de varias yuntas de bueyes, las que iban atrás de esta máquina hasta llegar al fondo y luego cambiar estas fuerza motrices animales para que tiraran la máquina ahora en forma ascendente. Los que hemos estado abajo, en la base, podemos dimensionar lo que significó este trabajo.
En todo estos, avances del progreso y el desarrollo en la Araucanía y antes de la construcción de este viaducto, Traiguén, creado en 1878 era un enorme polo de encuentros y centro general de comercio, maderas, agricultura. Vale hacer ver que muchos agricultores, comerciantes, industriales de ese entonces de la zonas de Lautaro y otros aún en cimientos como ciudades, venía a Traiguén a tomar el tren que los llevaría no a Santiago sino a Valparaíso, lugar neurálgico del movimiento
portuario, comercial, bancario, etc. de Chile. Santiago a pesar de estar abriéndose como centro político nacional, aún respiraba aires de pechoñismo.
En cuanto a Traiguén, es sabida su historia de creación y centro neurálgico de la parte norte de la Araucanía, después de Angol.
Podemos y como un recordatorio registrar aquí que el gobierno de don Domingo Santa María contrató en 1884 con los señores Hillman y Mayers la construcción del ferrocarril de Angol a Traiguén. Como se liquidara, más tarde el contrato, se concluyeron por administración y se entregaron a la explotación en 1888.
Su valor total fue de 7.695,386 pesos, a razón de 53,071 pesos por kilómetro y su extensión fue de 145 kilómetros
Un dato, este proyecto, en un principio se discutió en Santiago que fuese de línea de trocha corta (un metro). Vencieron los que tenían una visión mejor y se logró que fuese de trocha larga (un metro con sesenta cm). Permitió cambiar la velocidad a 45 km por hora con las máquinas pequeñas y de 60 Km por hora las mayores, en zona de curvas.
Se comprenderá, entonces, que el mundo cambió con esta valiosa herramienta de comunicación y traslados de personas, materiales, maderas, animales, etc.
El ferrocarril llegó a Angol en el año 1873 y a Traiguén en 1903 y se comprenderá que estas llegadas incluyeron grandes inauguraciones, discursos y brindis.
Todo esto transcurría mientras se seguía colonizando las diversas tierras que el estado, apoyado con el ejército iba entregando a quienes las iban adquiriendo.
- En Traiguén, en 1881 y en subasta pública se distribuyeron un total de 55,928 hectáreas en un total de $867.109.- Es decir a $15,50.- la hectárea.
- En Purén y cerros de Nahuelbuta, ese mismo año se entregaron 26,402 hectáreas en un total de $77.000.- Esto equivale a $2.92 la hectárea.
- Diciembre de 1885, en Colpi, Lumaco, Quino, Quillen y Traiguén, 47,570 hectáreas en un total de $1.763.540.- La hectárea a $37.07.-
- Septiembre de 1886, en Angol, 50,369 hectáreas en un total de $1.872.291.- La hectárea a $37.17.-
- Abril de 1887, en Victoria, 30,143 hectáreas totalizando $911.908.- A $30,25.- la hectárea.
- Mayo de 1889, en Traiguén y Temuco, 2,864 hectáreas con un total de $163.556.- A $57,11 la hectárea.
- Diciembre de 1889, en Traiguén y Temuco, 65,388 hectáreas con un total de $1.223,627.- Cada hectárea a $18,71.-
Todo esto transcurría entre un enorme movimiento de gente en ir y venir, en construcciones de casas, movimiento de carretas, muchos caballos, comercio en la variedad, calles empolvadas y con barro, según la estación, casas de entretención
masculina, junto a grupos religiosos cantando y predicando en las esquinas, amén del toque de campanas para las novenas y misas del mundo católico.
Un dato para los temuquense. Gracias al rey del trigo, José Bunster, se pudo crear Temuco. Entre otras cosas facilitó treinta y tres carretas con dos yuntas de bueyes, cada una, que desde Angol se vinieron a Traiguén cargando materiales de construcción, apoyados, por supuesto, por el ejército y de este pueblo siguieron al que hoy es el pueblo Quino, siguieron a Quillen, luego a Lautaro y finalmente llegar a Temuco, un 24 de febrero de 1881.
Cuando se fundó Traiguén, el 2 de diciembre de 1878, vino también el telégrafo y pronto la luz eléctrica gracias a este magnate del trigo, quien, para mover sus cilindros del molino, establecido aún cerca del río, trajo el agua en canal extraída desde más al norte de Victoria, produciendo suficiente energía eléctrica para alumbrar las calles de Traiguén y sus muchos hogares.
No dejo de mencionar el instalar, apoyado en esta electricidad, un pequeño ferrocarril, que transportaba los sacos de harina por principales calles de Traiguén (Gral. Gana, Basilio Urrutia, Serrano, Lagos e ingresar a las enormes bodegas (de las 21 que tiene Traiguén) en donde estos sacos eran puestos en los carros de ferrocarril para ser transportados a Talcahuano y de allí a California.
En estos días Traiguén está cumpliendo 147 años, con todos sus colegios urbanos ya también centenarios, al igual que instituciones sociales y religiosas.
El cementerio municipal de Traiguén en una diversidad de mausoleos hace ver el esplendor de Traiguén, como así diversas mansiones en el centro urbano.
Traiguén fue un enorme hervidero de vida, lugar de partida para otros sectores aledaños. Hoy es un tranquilo pueblo, con mucha tercera edad, pero con un espíritu de seguir siendo un gran aporte con su gente y sus autoridades. Recién nuestro Alcalde, Luis Alvarez Valenzuela, fue galardonado como uno entre los cien líderes mayores de Chile, por la Fundación Conecta Mayor, la Pontificia Universidad Católica de Chile y El Mercurio. Independiente de su color político, es muy grato observar como traigueninos son reconocidos a nivel nacional.
Gabriela Mistral, mientras estuvo en Traiguén, escribió el borrador de uno de sus más famosos poemas, esto implica invitar a alguna institución a construir un memorial en donde estén plasmado estos versos,
