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La Relación Entre Ética y Política: Un Análisis Filosófico (miguelsantaolalla.es)
(04 junio 2024)
La bibliografía que antecede permite reflexionar en un tema de actualidad que encierra a la política contingente con la ética. Por ende, si existe el ánimo de buscar mayor información al respecto, se puede hacer, a lo menos, sobre esta bibliografía.
Pues bien, recogiendo de la bibliografía indicada puedo ver que la relación entre ética y política ha sido objeto de debate y reflexión a lo largo de la historia de la filosofía. Ambos conceptos, ética y política, están intrínsecamente relacionados, pero ¿cómo se influyen mutuamente? ¿La ética debe guiar la política o viceversa?
Del tema recogido algunos filósofos argumentan que la ética debe ser el fundamento de la política. Según esta perspectiva, la política debe estar basada en principios éticos universales que promuevan el bien común y la justicia. Así menciona a Aristóteles quien sostenía que la política debía ser guiada por la virtud y la búsqueda del bienestar de la comunidad.
Pero, también, hay quienes sostienen que la política debe ser un ámbito separado de la ética. Así, esta perspectiva, la política se rige por sus propias reglas y consideraciones pragmáticas, y no debe ser juzgada por criterios éticos absolutos. En el tema pone a Maquiavelo que hace ver en política, el fin justifica los medios, y que los gobernantes deben tomar decisiones basadas en la realidad y la eficacia, aunque puedan ser moralmente cuestionables.
Entonces, la relación entre ética y política es compleja y multifacética. Mientras algunos sostienen que la ética debe ser el fundamento de la política, otros argumentan que la política debe ser un ámbito separado de la ética.
Filosóficamente, esta ha buscado responder a las preguntas fundamentales de la existencia humana. Entre estas preguntas, dos de las más apremiantes son: ¿qué es lo correcto? y ¿cómo debemos vivir en sociedad? Estas interrogantes, que se enmarcan en los campos de la ética y la política, siguen siendo de vital importancia en la actualidad y tienen implicaciones profundas en nuestra vida diaria.
Veamos algo de ética. Es el faro que guía a los navegantes en medio de la oscuridad, nos proporciona un marco de referencia para tomar decisiones morales. Nos ayuda a discernir entre lo correcto y lo incorrecto, lo bueno y lo malo. En un mundo cada vez más complejo y moralmente ambiguo, la ética nos brinda principios y valores fundamentales que nos permiten vivir de manera más auténtica y coherente.
En política, por su parte, se ocupa de la organización y el gobierno de la sociedad. Es el arte de la convivencia, donde se toman decisiones colectivas que afectan a todos los miembros de una comunidad. La política nos plantea preguntas fundamentales sobre la distribución del poder, la justicia social y la igualdad de oportunidades.
¿Qué derechos tenemos como ciudadanos? ¿Cuál es el papel del gobierno en la protección y promoción de estos derechos? ¿Cómo podemos construir una sociedad más justa y equitativa?
Aquí, la filosofía nos invita a reflexionar sobre nuestra existencia y nos desafía a cuestionar nuestras creencias y supuestos. Nos impulsa a buscar respuestas más allá de lo evidente y a expandir nuestros horizontes de pensamiento. La ética y la política, como dos ramas fundamentales de la filosofía, nos brindan las herramientas necesarias para vivir una vida más plena y significativa.
Existen filósofos que sostienen que la ética es el fundamento de la política. Argumentan que las decisiones políticas deben basarse en principios éticos sólidos, como la justicia y la igualdad. Desde esta perspectiva, la política debe ser un medio para promover el bienestar y la dignidad de todos los individuos.
Otros argumentan que la política es una praxis autónoma, con sus propias reglas y objetivos. Según esta visión, la ética puede ser relevante para la política, pero no debe imponerse de manera absoluta. La política implica la toma de decisiones difíciles y a menudo contradictorias, y los políticos deben tener en cuenta una variedad de consideraciones, como la eficiencia y la estabilidad.
Ambas perspectivas tienen méritos y desafíos. Por un lado, la ética proporciona una base moral sólida para la política y protege los derechos y la dignidad de las personas. Por otro lado, la política requiere pragmatismo y compromiso, y no siempre es posible tomar decisiones que satisfagan plenamente los ideales éticos.
Por Alberto Cifuentes Avello
Profesor